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domingo, 22 de junio de 2014
UNA JORNADA ÉPICA
SUMILLA
Diez horas, del 19 de julio. Concentración, complejo
deportivo del colegio de ingenieros en Sabandía. Una mañana calurosa y cargada
con una meteorología que parece ser benévola. Dispuestos al reto, y con ansias
de triunfar en esta jornada deportiva.
Sabandía
Katherine Sheyla Surco
Labra
Katherine.surcolabra@gmail.com
Tras
conmemorarse su vigésimo segundo aniversario de creación. La Escuela
Profesional de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de San
Agustín llevó a cabo este jueves 19, la mañana deportiva interclases. Una de
las actividades más comunes que se celebra todos los años, en las disciplinas
de fútbol varones y voleibol damas.

El deporte tiene el poder de unir a las personas, cosa
que otras actividades muy pocas veces lo hacen. En la cancha los jóvenes se
llenan de algarabía, entusiasmo y entienden un mismo lenguaje. El jugar y darlo
todo por amor a la camiseta, no solo implica ello, va mucho más allá de obtener
una medalla o copa. Es solidaridad, amistad, compromiso y lealtad.
El club,
un lugar que despierta tus emociones, el ambiente acogedor y placentero, con
amplio espacio y zonas de esparcimiento. Cuenta con 4 canchas: de fútbol,
básquet, voleibol y dos de frontón. Donde el paisaje campestre, las áreas
verdes y la madre naturaleza, te apartan del ruido de la ciudad.
Un silbato anunciaba el inicio de la jornada
deportiva. Una tras otra sección
desfilaba, por el estrado principal. Mascotas, globos, carteles, pelotas se
escucharon aquella mañana. Terminada la inauguración se dio paso al campeonato,
con el primer partido de vóley, entre las secciones de 3ro A y el 3ro B.
Las chicas del 3ro B comenzaron el partido con
el pie derecho, el primer punto fue a su favor. Pero la tensión se apoderaba de
ellas. El nerviosismo las delataba y hacía que perdieran puntos a favor del
equipo contrario. La falta de comunicación casi las lleva a no ganar el primer
set; sin embargo el aliento de sus compañeros las animó y lograron
recuperarse.
El segundo set, fue menos tenso, las chicas
tenían la victoria en sus manos. Puntos tras otro, y la emoción las invadía.
Una que otra equivocación en el saque y recepción; pero nada que temer. El otro
equipo era inferior a ellas y estaban en ventaja. María, la capitana, animaba a
las demás. Un saque, y ¡Punto!, gritaban. Mientras que Grecia se lucía con sus
mates y era de temer. Llegó el último momento y un error en recepción de las rivales
les dio la victoria. El 3ro B se impuso por 2 -0 ante el 3ro A.
Los
chicos del 3ro B no tuvieron la misma suerte que las damas. Perdieron 2 -1 en
fútbol contra el 3ro A, en su primer partido. Una revancha entre disciplinas.
La lucharon minuto a minuto, no se la pusieron fácil. Haber perdido en penales
es un gran esfuerzo, que implica compromiso e identificación con su salón.
Siendo las 12:00 horas, el sol incandescente comenzaba
a quemar. Uno que otro estaba aburrido;
pero un partido en particular capturó la atención de los espectadores: el
enfrentamiento de fútbol entre docentes, alma máter de la escuela. Quienes no
podían dejar de participar en esta mañana deportiva.
LA
VICTORIA EN SUS MANOS
Fue un
set de infarto. Las chicas del 3ro B se disputaban la gran final con el 4to C.
Los nervios se apoderaban de todos y la inseguridad comenzaba a darles la
contra. El sudor y el cansancio cubrían sus rostros, miradas que reflejaban
ansiedad y temor. Pero un ¡Vamos!, ¡Si se puede! Mantenía la esperanza de salir
victoriosas. No podían sentirse derrotadas ante un mal saque, un mate o
bloqueo.
Cada
encuentro era eterno, el tiempo se hacía distante y ambos equipos no estaban
dispuestos a ceder fácilmente. De pronto un saque y ¡Punto!... La alegría volvía a sus rostros. Un bloqueo y
de nuevo otro punto. La confianza retornaba. María y Grecia, al igual que las
demás chicas daban el 100% en la cancha. Y a pesar de que el 4to año tenía más gente
que las apoyaban, no se dejaban intimidar.
El primer set lo ganó el 3 “B” 15- 10, el segundo set,
el 4 “C” 15-12, siendo el definitivo el tercer set. Los tres primeros puntos se
los llevó el equipo contrario. Pero el cuarto sería a favor de las guerreras,
así las apodaron, porque no dieron ni un paso atrás. El marcador ahora
anunciaba un 3-7.
Siendo las 15 horas. El cansancio ya empezaba a
notarse, a solo un punto de obtener la victoria. Sacó el 4to C, en recepción
Kathy Soto, le sirve a Melisa y ésta a Grecia para que dé el mate final. Una
mala jugada, la pelota se fue a un lado y las rivales no pudieron salvarla. El
último punto y son campeonas de voleibol este año, en el vigésimo segundo
aniversario de la escuela profesional de Ciencias de Comunicación.

La tarde llegó y el frío comenzaba a sentirse.
Son las 15:30 horas y los dos equipos ganadores, tanto de futbol como de vóley,
se dirigieron al estrado para la respectiva premiación. En medio de la
expectativa, los primeros en recibir el premio fueron los alumnos del 3 “B” y
luego los de 4 “B”, ganadores de Futbol. Después de las palabras de la
directora de la escuela, Mg. Karola Lara Manchego, se dio por terminada la
jornada deportiva.
EL ARTE HECHO DANZA
Horas de inalcanzable cansancio. Una constante lucha
de sacrificios en pro amor al arte. Un constante culto al ritmo irrefrenable
del propio cuerpo y venta directa al por mayor del alma al diablo del
perfeccionismo.
Cercado
Katherine
Sheyla Surco Labra
Katherine.surcolabra@gmail.com
La
música es una prolongación de la personalidad, una extremidad unida
directamente al alma, que dirige sus vidas. La danza no es solo un hobby para
ellos, también es un trabajo, y no cualquier otro. No es un desgaste físico que
implica pasar el rato como cuando una va el gimnasio; sino requiere un duro
esfuerzo a nivel físico y psicológico, como es el de los atletas
olímpicos. Y eso lo tiene bien en claro
la academia de ballet de Cecilia Obregón, que cuenta con el respaldo del RAD
(Royal Academy of Dance), una de las más grandes instituciones dedicadas a la
enseñanza del ballet a nivel mundial.
Los
bailarines profesionales de esta academia, desde que nacen están dotados de
cualidades físicas especiales que los hacen perfectos para ello. Aun cuando son
pequeños, entrenan diariamente, pero todavía no son conscientes de ello. Su
diversión es la danza.
Una
vez que son adultos, y llevan 10 o 15 años dedicándose a ello, entran en
compañías de danza a trabajar, en las que llegan a entrenar entre 6 y 8 horas
diarias, a un altísimo nivel, casi de atletas de élite, cosa que sólo ellos
pueden hacer.
Su
trabajo no se limita a aprenderse una coreografía y a moverse por el escenario
acrobáticamente. Realmente quien sabe escuchar la música clásica, aprecia la delicadeza y la milimétrica
precisión de los movimientos del bailarín. Estos, escuchan la música y la hacen
suya, la tocan con sus movimientos y crean la armonía entre ésta y la danza.

La
perfecta armonía entre los cuerpos y sus mentes, la agilidad, coordinación,
destreza, equilibrio corporal y flexibilidad hicieron de esa noche una gran
gala. A demás del montaje escénico,
dirigido y coreografiado por Cecilia Obregón, donde una mujer se ve orillada a
abandonar a su familia y emprender un viaje en busca de mejores oportunidades
de vida. Mostraron originalidad, perfeccionismo, creatividad y versatilidad.
Después
del glamour de las luces, los aplausos, los vestuarios de ensueño, el
maquillaje, viajes con todos los gastos pagados y el constante alimento del ego
disfrazado de artista, se esconde el otro lado de la luna: el
dolor de las interminables lesiones físicas y el rechazo al propio cuerpo,
esclavo del espejo y nunca suficientemente perfecto. Pero, a pesar de ello, la competencia con uno
mismo o los demás fortalece la pasión por el arte de bailar, y los consagra.

UNA REVANCHA EN ZAPATILLAS DE
BALLET
Hace
cuatro años una severa lesión la sacó de los escenarios. Le dijeron que no
volvería a danzar, pero Alejandra Nuñez se recuperó y se convirtió en una las
bailarinas arequipeñas principales del Ballet Nacional. Ella formó parte de la
academia de ballet de Cecilia Obregón, su primer alma máter. La semana pasada
inauguró la temporada de SALOMÉ, una propuesta de danza contemporánea, donde
fue la figura principal.
Fue
el 18 de marzo del 2010 cuando se derrumbó en pleno ensayo. Su pierna izquierda
no resistió, se rompió los ligamentos y los meniscos. Alejandra Nuñez Zavaleta
pensó, por un momento, que todo había acabado. Cuando despertó en la clínica,
su madre le contó que la intervención quirúrgica había sido exitosa; pero que
tendría dos tornillos de titanio de dos por cuatro centímetros en la rodilla.
Su médico le dijo: “Dedícate a otra cosa. La operación es muy rigurosa, no te
vas a recuperar”. Alejandra recuerda que no lloró. Pensó en el ballet, lo que
más la apasiona, y luego canceló todas sus presentaciones. Se miró postrada y
planificó volver a la danza en el menor tiempo posible.
Salomé
es una obra demasiado importante para Alejandra, sobre todo porque su vuelta a
los escenarios, hace un año, fue como bailarina solista- no principal, en la
obra Polos Opuesto. Su médico le había prohibido dar saltos y cuando la maestra
y directora del Ballet Nacional, le propuso el papel, su negativa fue rotunda.
El miedo a volver era una de sus razones, pánico escénico. Pero todas sus dudas
se esfumaron cuando se calzó las zapatillas, se puso el vestuario, e imaginó el
calor de la gente, la energía viajando hacia ella y la ovación inacabable.

Alejandra
se encuentra en una etapa de despegue y, antes de buscar la
internacionalización, quiere hacer escuela en el Perú. “Me gustaría llevar a danza
clásica a las personas que no pueden pagar una clase de ballet porque simplemente
no tienen los recursos”, detalla. Su
academia – ubicada en calle los Arces 104-Sachaca-demuestra sus ganas de
enseñar. Aún no encuentra los fondos para desplegar su altruismo, pero no duda
que las empresas privadas la apoyarán en su cometido.
UN PUEBLO QUE SE CONECTÓ A UN
SATÉLITE
En tiempos en que la modernidad se mide por anchos
de banda y por la longitud de un cable, existe un pueblo a ocho horas de Arequipa
donde internet bajo del cielo. Se llama Caylloma y sus pobladores le agradecen
el milagro a una antena parabólica y a los equipos D-Link, la empresa que ha
hecho de la conexión el mejor papel antagónico de lo imposible.
Caylloma
Katherine
Sheyla Surco Labra
Katherine.surcolabra@gmail.com
En
Caylloma no se necesitan cables interminables ni cuentas telefónicas para
navegar por el ciberespacio, nada de eso. Solo una parabólica que levanta la
mirada y hace suya la señal de un satélite. Sus ondas rebotan desde una torre
muy alta hasta algunos de los techos a dos aguas donde se han instalado
diminutos receptores de metal. El milagro ocurre desde setiembre del 2008.
Reencuentros familiares, información de todo el mundo y la posibilidad de que
al buscar en Google “Caylloma” - que
viene de “Cay Ayllu Huma” que significa
Cabeza de Ayllu - se obtengan más de 3000 mil resultados.
Tiene
un cuerpo blanco de más de dos metros de alto. A su alrededor, solo hay
extrañeza y admiración, ¿Una antena parabólica puede ser objeto de culto?
¿Puede tener miles de creyentes en un pueblo lejano de la sierra del Perú? En
el distrito de Caylloma, tierra de los Watayponchos, en el departamento de
Arequipa, parece que sí. La mayoría de la gente habla quechua, pero el idioma
ya no es obstáculo para conectarse con el mundo. Los cayllominos, ahora
entienden que la comunicación es una posibilidad casi divina: Internet les cayó
del cielo.

La
historia de esta empresa en Caylloma empezó un 8 de setiembre del 2008, cuando
Henry Mercado y Víctor Llacho se reencontraron en su pueblo, en medio de la
fiesta patronal, luego de muchos años viviendo afuera. A los dos les fascinaba
el mundo de las computadoras. Los dos creyeron posible que en su pueblo de 4
102 habitantes merecía existir on line. En lugar instalar servidores y redes,
decidieron hacerlo con una conexión remota. Caylloma queda a 4 432 msnm, tiene
un cielo azul y limpio, lo cual permite que cualquier onda desde el espacio
llegue con facilidad.

Es
un sábado de invierno y el sol quema la piel. Mercado lleva un chullo, para
protegerse del frío. Su compañero usa gorro deportivo. Las viseras son
importantes en los inviernos serranos. Más tarde empezará a llover, pero ni el
sol, ni la humedad dañarán los dispositivos de los techos. Nada parece
imposible con D-Link, que ya había convertido experiencias difíciles, en casos
de éxito. Revisar su catálogo es como derrumbar la pared del futuro; no sólo
hay “puntos de acceso” como los de Caylloma, también hay sistemas de redes para
ver y hablar con quien sea, donde sea, en cualquier ciudad del mundo.
LA
DISTANCIA SE ACORTA
Ruffino
Llacma tiene 48 años y una hija de 22, Jessica. Ella vive en Argentina y
trabaja en un centro comercial de la Plata. Con una radio portátil y antigua
Ruffino Llacma camina por las calles de Caylloma, acompañado por doña Juana
Sanca, su esposa. Jessica no tiene un teléfono, cuenta con un celular; pero es difícil
llamar al extranjero, y más aún en un pueblito como Caylloma, donde no se hacen
llamadas al exterior. Ahora sus padres usan un sistema sencillo que antes les
fue muy ajeno: el correo electrónico. A Juana Sanca, todavía no se le nota muy
cómoda “Manan chayta yachanichi”, dice (eso yo no acostumbro). Su esposo la
persuade, “Josayquita casuy mamay” (obedece a tu esposo mamá). Son dueños de
Caynet, el primer establecimiento on line que abrió en Caylloma, en mayo del
2008.

Llacma
y su esposa se están alistando para viajar a Argentina, a ver a su hija. A su
retorno quieren implementar nuevos locales de internet en los anexos de
Caylloma. Ya que estos lugares están muy aislados de la tecnología. Son
analfabetos digitales, y la ventaja de esas zonas es que no tiene mucha
congestión para recibir la señal satelital. Se espera que este año sea posible
conectarse con el ciberespacio sin cables de por medio en destinos tal lejanos
como: Apacheta Rajada, Aparuyo, Jachaña y entre otros donde se llega a pie o en
caballo.
A
Caylloma se le acabaron los límites. Tanto así que pronto La Universidad San Antonio
de Abad implementará un sistema de educación a larga distancia. En Caylloma no
hay universidades, mucho menos una biblioteca municipal. La fuente de
información de todo un pueblo es la gran biblioteca virtual que funciona de
ocho de la mañana a una de la tarde, y desde las cinco hasta la medianoche. Muy
pronto se implementará un sistema de videoconferencias y equipos de voz. Los
jóvenes estudiantes tendrán acceso a Wifi gratis y clases interactivas.
POR LOS SENDEROS DE LA CIUDAD
MÍSTICA
Un lugar que acaricia los sentidos, donde el viento
helado toca el rostro, y la mirada se pierde en la quietud del lago, de
delicado vaivén. La vida fluye entre las aguas, los pobladores y visitantes. La
historia llena cada rincón, mientras que leyendas y mitos siguen venciendo al
tiempo al ser contados una y otra vez.
Puno
Katherine Sheyla Surco
Labra
Katherine.surcolabra@gmail.com
Le
pesaba todo. Los párpados, los brazos, los pies, hasta el alma. No es para
confundirse, ni estaba sufriendo, tampoco le habían roto el corazón. La mataba
un cansancio que la llenaba de desesperanza. Se acostó sobre una banca y trató
de descansar, con ansias intentaba escuchar las primeras caminatas en el
parque. Siendo las 5 horas no sentía frío, ni hambre, solo quería pasar el
tiempo y alejarse de la ciudad para sentirse mejor, porque está la estresaba.
El frío callejero y las ganas de llorar de desesperación llenaban su cajón de
recuerdos. Y un viaje a la capital del
folklore peruano, con los suyos le haría sentirse muy bien.

Ella
sabía que aprovechar los viajes como si fuesen únicos, o al menos eso enseña el
sentido común de las películas, era importante, para no perderse la vista
paisajista; pero eso no le quito el sueño. Los paisajes de la vía Arequipa –
Puno, se repiten como el fondo de los picapiedra; curvas, lomas, cerros, y
largas pampas, hasta que todo se vuelve en una amalgama: amarrillo, gris y
azul. Este sueño no le fue reconfortante; pero si placentero.
Finalmente
llegaron después de varios trancones y algunas quejas de pasajeros fastidiosos
e impacientes. Fueron 5 horas de viaje. Bajaron y el terminal terrestre de puno
estaba atiborrado de gente. Luego empezaron su trayecto por las calles de puno,
lo primero que se sintió, aparte de un adormecimiento integral generado por la
altura, es un choque cultural enorme, propulsado por la presencia de muchos
turistas. Tras haber caminado cerca de media hora, se encontraron con quien los
acobijaría. Una vez acomodados en el hospedaje de un amigo, la brisa helada la
cubría, trato de cerrar los ojos y dejarse llevar por el cantar de los pájaros
mañaneros, así esperaba que amanezca rápidamente.
Amaneció
y se enfrascaron en un tours turístico. En Puno todas las calles llegan al lago
Titicaca a cuyas orillas se encuentra esta ciudad. A 3.809 metros sobre el
nivel del mar, debería ser la capital del hielo. Allá solo existen dos estaciones,
una de lluvias y la otra en la que la lluvia desaparece; lo que no desaparece
nunca es el frío y las islas flotantes de totora de los Urus. Destino al cual
ella y los suyos se dirigirían.
Abordaron el bote. La magia del
resplandeciente sol, la brisa de los vientos alisios, el contraste de celestes
- blancos y verdes - amarillos, difuminados a través de la fría y lluviosa
ventana del bote, transmitían grandeza. Las olas que surcaba el agua, hacían de
ese día una gran experiencia inolvidable. El paisaje puneño se enmarcaba dentro
del más perfecto cuadro minimalista existente. Urus sorprendió a los
visitantes.
A
7 kilómetros lago adentro contemplaban las islas flotantes, que son 20. En cada
isla viven unas 20 familias, que de día permanecen ahí por motivos turísticos y
de noche se van a dormir a tierra firme. Las familias de los Incas viven en las
islas flotantes del Lago Titicaca desde hace 400 años; ahora tienen escuelas en
Aymara, energía eléctrica, telefonía celular y televisión, pero sobre todo
adoran al lago.
A su regreso, después de una larga travesía por las
Islas de Taquile y Amantaní. Los síntomas de la puna la
consumían: Náuseas y fatiga. Nunca habría imaginado que unas pocas horas más
tarde su estado empeoraría. Ella había abusado, no se cuidó, se abstuvo de
beber o comer durante las primeras horas. Lo que en ese momento no sabía era
que su organismo gritaba por un
poco de líquido para lidiar con el elevado ritmo de deshidratación
que ocurre en altura por lo seco del aire.
LOS GUÍAS
DESCONOCIDOS
Tomaron un taxi y le pidieron que les haga un tour por la ciudad. Los puneños
se sienten orgullosos de su tierra y se ofrecen generosos a mostrarla, fingiendo
muchas veces de guías improvisados. Juan, el taxista, deja escapar algunas sonrisas
tímidas cuando empezaban con sus preguntas, minutos después no hay quien lo
detenga. Mueve los brazos, habla sin parar, gesticula, el amor por su tierra se
escapa a borbotones y ellos no podían hacer nada más que escuchar. Conocer la
ciudad a través de sus pobladores es siempre una buena idea y un buen comienzo,
ella pensaba.
Juan los llevó, al Santuario de San Bartolomé, se baja del taxi, relata que la imagen que da el nombre a la iglesia data del siglo XVI, el patrón de la ciudad, les cuenta de la festividad, que dura siete días y se lleva cabo la primera semana de mayo. "Hay novenas, fiestas, bandas y danzantes, castillos y viene gente de todas partes", decía Juan, totalmente emocionado. Su descripción sonaba más a invitación por lo que prometieron volver a disfrutar de esa fiesta.

La temperatura había descendido y
decidieron volver, Juan los deja en un pequeño restaurante de la avenida Lima,
no sin antes hablarles de los platos típicos. Siguiendo las recomendaciones de
su guía decidieron probar el Thimpo de Carachi, una sopa hecha a base del
pescado Carachi, típico del lago Titicaca, que mide de 10 a 15 centímetros.
Tiene alto contenido de fósforo. Se sirve con papas y chuños enteros, muña,
cebolla, ajo y ají. Nada mejor para calentarse.
EL VACÍO DE UN TRISTE ADIÓS
Luego de un mes, continúa sintiéndose afligida por
la muerte de su perrito, Locky, que ni siquiera puede hablar de aquel 15 de
mayo, día en que lo vio partir para no más regresar. Extraña mirar televisión
con él sobre su regazo; pero sobre todo su compañía. Un descuido lo llevó a la
muerte.
Cerro Colorado
Katherine Sheyla Surco
Labra
Katherine.surcolabra@gmail.com
La
mañana del 2 de diciembre parecía un día común y corriente. La brisa del
viento, el cantar de las aves, el motor de los carros y un despertador
anunciaban un nuevo día. Eran las 6 horas y la alborada resplandecía. Tenía que
ir a clases, Sheyla se había quedado dormida. Se alistó tan rápido como pudo y
tomó la estación del bus para dirigirse a la universidad. Sin pensar que esa
tarde conocería a alguien muy especial, un ser que cambiaría por completo su
vida y la llenaría de dicha todos los días, su cachorrito, Locky, quien en una par de días pasó a ser el engreído de la
familia.
Las
mascotas llegan a convertirse en alguien muy importante en la vida de uno, y
ocupar un sitio especial en tu corazón. Una mascota puede ser un compañero
fiel, una parte integral de la vida hogareña y del programa diario de una
persona. Cuando muere una mascota especial, esta pérdida puede tener un impacto
significativo sobre la salud y el bienestar de una persona.
A
penas una semana antes Sheyla perdió a su gato, copito, este se escapó. Se
sentía triste y necesitaba la compañía de un fiel amigo. Su enamorado, muy
complaciente con ella, esa tarde, del 2 de diciembre, la sorprendió con un
cachorro, después de salir de clases. Locky, como así lo bautizó, había sido
adoptado del albergue de perros, lo abandonaron al asecho; pero encontró un
buen refugio en ese lugar.

Pasaron
los días, y Locky se acostumbraba más a la familia Surco y ellos a él también.
Al principio parecía tímido; pero cuando entró en confianza puso la casa de
cabeza. Le gustaba jugar a las escondidas, siempre encontraba a Sheyla y a sus
hermanas. Corría, pero se agitaba muy rápido, y para que no se enfermase lo
hacían dormir en la cama, cosa que después ya no pudieron hacer, porque
ensuciaba dentro de casa. Si algo amanecía roto, ya había un culpable.
Todo
marchaba bien, ya había transcurrido cinco meses y una semana desde que Locky
llegó al hogar de Sheyla; pero un descuido grave lo llevó a la muerte. Al
cachorrito le gustaba salir a la calle, y empezó a andar con otros perros. Su
falta de vacunas y dosis contra el parvovirus, sumado a la fuerte infección
estomacal que tuvo, acabaron por debilitarlo. En vano fueron los esfuerzos que
el veterinario hizo, ya nada se podía
hacer, era demasiado tarde. Tras una semana de agonía, y con la esperanza de
verlo recuperado, Sheyla optó por apagar su sufrimiento; aunque esa decisión le
partiera el alma y la dejara sumergida en la más triste melancolía.
Las
mascotas pueden proporcionar a sus propietarios la sensación de propósito y
realización, compañía, afecto, aceptación y amistad. Confían en sus
propietarios por alimento, agua, ejercitación y cuidado médico, lo que puede
proporcionar al propietario un sentimiento de responsabilidad y de ser
necesitado. Sheyla y sus hermanas no
llevaron a Locky a todas sus citas médicas con su veterinario, trayendo como
consecuencia del deterioro de la salud del cachorro.

DOLOR Y PÉRDIDA
Un
día Kimberly, la hermana de Sheyla, trajo a
vivir a casa un hámster. Una criatura diminuta, de color blanco, ojos
rojos, colita pequeña y orejas paradas. Estaba domesticado y le gustaba correr
en su rueda, nunca se cansaba, iba de un lado a otro, mirándolos fijamente.
Comía semillas de girasol, pepitas de zapallo, arrocillo y queso.
Lo bañaban
cada 2 semanas, le gustaba estar en el agua y meterse el aserrín en la
boca, quedaba con los cachetes hinchados, por que guardaba de todo en este,
desde comida hasta pedazos de tela que arrancaba del cubrecama, y las pelusas
de la frazada. Pero sobre todo, les encantaba cuando dormía profundo y
placenteramente.
Después
de 7 meses de haberlo comprado y de las carcajadas que alegraban a Sheyla y sus
hermanas cada vez que Gus Gus, hacía una travesura y ponía de cabeza la casa.,
sobre todo cuando se escaba de su jaula y era una travesía atraparlo. Un 15 de
febrero del 2013, lo recuerdan bien, su pequeño hámster amaneció muerto. Había crecido y su rueda le
quedaba pequeña, apenas y entraba. Se atascó en uno de las argollas de su
circuito de juego, asfixiándose. Nada pudieron hacer, quizás si éste hubiera
dormido con ellas estaría vivo, pero durante la noche nadie lo escuchó y murió
sin que ellas puedan despedirse.
Para
Sheyla fue difícil sobreponerse a esta pérdida. Era la primera vez que tenía de
mascota a un hámster, al que le había dado mucho cariño y alegraba sus días, sobre
todo cuando se sentía sola. Compraron otro, para tener presente a Gus Gus, pero
éste no estaba sanito, a la semana de tenerlo, también murió. Empezó a
estirarse de repente, cuando parecía estar muy sano, lo llevaron al
veterinario; pero en la ciudad no hay especialistas para atender a estas
mascotas, así que le pusieron un inyectable para acabar con su sufrimiento.

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