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domingo, 22 de junio de 2014
UN PUEBLO QUE SE CONECTÓ A UN
SATÉLITE
En tiempos en que la modernidad se mide por anchos
de banda y por la longitud de un cable, existe un pueblo a ocho horas de Arequipa
donde internet bajo del cielo. Se llama Caylloma y sus pobladores le agradecen
el milagro a una antena parabólica y a los equipos D-Link, la empresa que ha
hecho de la conexión el mejor papel antagónico de lo imposible.
Caylloma
Katherine
Sheyla Surco Labra
Katherine.surcolabra@gmail.com
En
Caylloma no se necesitan cables interminables ni cuentas telefónicas para
navegar por el ciberespacio, nada de eso. Solo una parabólica que levanta la
mirada y hace suya la señal de un satélite. Sus ondas rebotan desde una torre
muy alta hasta algunos de los techos a dos aguas donde se han instalado
diminutos receptores de metal. El milagro ocurre desde setiembre del 2008.
Reencuentros familiares, información de todo el mundo y la posibilidad de que
al buscar en Google “Caylloma” - que
viene de “Cay Ayllu Huma” que significa
Cabeza de Ayllu - se obtengan más de 3000 mil resultados.
Tiene
un cuerpo blanco de más de dos metros de alto. A su alrededor, solo hay
extrañeza y admiración, ¿Una antena parabólica puede ser objeto de culto?
¿Puede tener miles de creyentes en un pueblo lejano de la sierra del Perú? En
el distrito de Caylloma, tierra de los Watayponchos, en el departamento de
Arequipa, parece que sí. La mayoría de la gente habla quechua, pero el idioma
ya no es obstáculo para conectarse con el mundo. Los cayllominos, ahora
entienden que la comunicación es una posibilidad casi divina: Internet les cayó
del cielo.

La
historia de esta empresa en Caylloma empezó un 8 de setiembre del 2008, cuando
Henry Mercado y Víctor Llacho se reencontraron en su pueblo, en medio de la
fiesta patronal, luego de muchos años viviendo afuera. A los dos les fascinaba
el mundo de las computadoras. Los dos creyeron posible que en su pueblo de 4
102 habitantes merecía existir on line. En lugar instalar servidores y redes,
decidieron hacerlo con una conexión remota. Caylloma queda a 4 432 msnm, tiene
un cielo azul y limpio, lo cual permite que cualquier onda desde el espacio
llegue con facilidad.

Es
un sábado de invierno y el sol quema la piel. Mercado lleva un chullo, para
protegerse del frío. Su compañero usa gorro deportivo. Las viseras son
importantes en los inviernos serranos. Más tarde empezará a llover, pero ni el
sol, ni la humedad dañarán los dispositivos de los techos. Nada parece
imposible con D-Link, que ya había convertido experiencias difíciles, en casos
de éxito. Revisar su catálogo es como derrumbar la pared del futuro; no sólo
hay “puntos de acceso” como los de Caylloma, también hay sistemas de redes para
ver y hablar con quien sea, donde sea, en cualquier ciudad del mundo.
LA
DISTANCIA SE ACORTA
Ruffino
Llacma tiene 48 años y una hija de 22, Jessica. Ella vive en Argentina y
trabaja en un centro comercial de la Plata. Con una radio portátil y antigua
Ruffino Llacma camina por las calles de Caylloma, acompañado por doña Juana
Sanca, su esposa. Jessica no tiene un teléfono, cuenta con un celular; pero es difícil
llamar al extranjero, y más aún en un pueblito como Caylloma, donde no se hacen
llamadas al exterior. Ahora sus padres usan un sistema sencillo que antes les
fue muy ajeno: el correo electrónico. A Juana Sanca, todavía no se le nota muy
cómoda “Manan chayta yachanichi”, dice (eso yo no acostumbro). Su esposo la
persuade, “Josayquita casuy mamay” (obedece a tu esposo mamá). Son dueños de
Caynet, el primer establecimiento on line que abrió en Caylloma, en mayo del
2008.

Llacma
y su esposa se están alistando para viajar a Argentina, a ver a su hija. A su
retorno quieren implementar nuevos locales de internet en los anexos de
Caylloma. Ya que estos lugares están muy aislados de la tecnología. Son
analfabetos digitales, y la ventaja de esas zonas es que no tiene mucha
congestión para recibir la señal satelital. Se espera que este año sea posible
conectarse con el ciberespacio sin cables de por medio en destinos tal lejanos
como: Apacheta Rajada, Aparuyo, Jachaña y entre otros donde se llega a pie o en
caballo.
A
Caylloma se le acabaron los límites. Tanto así que pronto La Universidad San Antonio
de Abad implementará un sistema de educación a larga distancia. En Caylloma no
hay universidades, mucho menos una biblioteca municipal. La fuente de
información de todo un pueblo es la gran biblioteca virtual que funciona de
ocho de la mañana a una de la tarde, y desde las cinco hasta la medianoche. Muy
pronto se implementará un sistema de videoconferencias y equipos de voz. Los
jóvenes estudiantes tendrán acceso a Wifi gratis y clases interactivas.
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